Jueves, 04 de Julio 2024

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Opositores al diván

Por: Rubén Martín

Opositores al diván

Opositores al diván

El triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo y de Morena y aliados en la pasada elección del pasado 2 de junio, fue tan avasallador y contundente que tomó descolocados tanto a su adversaria Xóchitl Gálvez Ruiz, los dirigentes opositores, como a todos los que votaron en contra del actual Gobierno de la Cuarta Transformación. Lo mismo ocurrió con intelectuales, académicos, analistas, comentaristas y periodistas que han mantenido un discurso crítico al Presidente Andrés Manuel López Obrador y su Gobierno.

Pero no sólo es desconcierto por el tamaño del triunfo de Morena y su candidata, sino incluso, negación o distorsión de la realidad. Voy a tomar como ejemplo de esta negación de la realidad la opiniones vertidas por los invitados a la mesa de análisis convocada por el periodista Carlos Loret de Mola en su espacio de Latinus, la noche del domingo 2 de junio. La frase más conocida de esa noche, más bien madrugada del lunes 3, fue la de la comentarista Denise Dresser cuando se dijo triste porque los mexicanos se volvieron a poner las cadenas que ella, humildemente, les había quitado. La frase completa es esta: “Me entristece saber que la mayor parte de mis compatriotas volvieron a colocarse las cadenas que les quitamos en los 80 y los 90, volvieron a votar porque hubiera un solo partido en nombre de la justicia social, una sola voluntad en nombre de la justicia social, de la soberanía, de los pobres, por cualquier razón es una regresión a un país superado”, dijo sin rubor por su evidente clasismo. 

Pero aunque menos conocidas, hubo otras expresiones semejantes en la mesa de análisis de Latinus que vale la pena compartir porque expresan los argumentos disonantes con la realidad de muchos de quienes apoyaban y apoyan a la oposición. 

En su intervención, el académico Jesús Silva Herzog dijo: “pues si, había ciertos avisos de que podía ganar Claudia Sheinbaum, pero no teníamos en el horizonte que fuera este tamaño de victoria”. Enseguida Loret le pregunta si viene una dictadura y Silva Herzog respondió: “Me parece que tenemos ya en puerta un régimen autocrático”. 

Héctor Aguilar Camín, un reconocido crítico del Gobierno de la 4T, reconoció inicialmente que una ventaja de 30 puntos porcentuales en la elección presidencial representa “un mandato democrático tremendo”, pero luego regañó a los ciudadanos que votaron por esa opción. Dijo: “los mexicanos han votado por tener un régimen tiránico… que tengan suerte con eso”. 

Héctor de Mauleón, otro periodista crítico del actual Gobierno, se lamentó de la postura de la clase media: “Vamos hacia un partido hegemónico, hacia un régimen autocrático… que les pasó a las clases medias… nos las pasamos haciendo mitos y fantasías de la clase media, giró, cambió… la democracia está en la cabeza de unos cuantos ociosos, pero en la vida cotidiana no cambia absolutamente nada”. 

En otra intervención, Aguilar Camín de plano sostuvo que nos encaminamos a una dictadura: “…terminó una época histórica de México, terminó la transición a la democracia y empezó la transición a la dictadura, y digo con todas sus letras y toda su intención, a un régimen autoritario, a la dictadura”. 

Presente también, el más sensato fue Lorenzo Córdova, ex presidente del INE y abiertamente crítico del Gobierno actual: “Hoy esta mayoría ocurrió por los votos de las y los ciudadanos… al final del día, es un triunfo contundente, avasallante, preocupante, pero en el fondo legítimo. Nadie va a poder decir que este partido, que a pesar de todas las trampas que se hicieron, no ganó”.

Como puede leerse, casi todas las intervenciones tienen un punto en común: reconocen que Sheinbaum y su coalición ganaron por amplia mayoría y democráticamente, pero luego descalifican el triunfo al calificarlo en términos negativos de regresión política: régimen autocrático, regresión autoritaria, régimen tiránico, una mayoría que decide ponerse nuevamente las cadenas de la sumisión que ya una vanguardia de blancos ilustrados les había quitado en años anteriores. Son afirmaciones exageradas que no tienen sustento y que más bien demuestran una disociación con la realidad que debería ser analizada en el diván del psicoanalista. 

rubenmartinmartin@gmail.com

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